La historia del Deportivo Saprissa está marcada por grandes e históricos guadameta, pero pocos dejaron una huella tan profunda como Rodolfo "El Largo" Umaña Murillo, quien es considerado uno de los mejores porteros de su época.
Umaña se destacó por su valentía, ubicación y agilidad, atributos que lo llevaron a ser un referente tanto para el Monstruo como para la Selección Nacional en los años 60 y 70.
Rodolfo Umaña nació con el deporte en la sangre, como hijo del exportero Enrique Umaña. Desde joven, su talento era evidente, destacando en múltiples disciplinas como el béisbol, baloncesto y atletismo, pero fue el fútbol el que lo inmortalizó.
Sus inicios se dieron en el equipo del barrio Santa Lucía, antes de unirse al Racing en categoría juvenil. En 1956, el Deportivo Saprissa se fijó en él y lo incorporó a sus Divisiones Menores.
Tras demostrar su calidad, Umaña enfrentó retos para ganarse la titularidad. Primero, compitió con Emilio Sagot, quien al ser vendido al Orión, allanó el camino para que Rodolfo ascendiera al primer equipo. Más adelante, tuvo que medirse con Felipe Induni y Mario Pérez, consolidándose finalmente como el guardián indiscutible del marco morado en 1966.
Legado en Saprissa
Umaña destacó en una de las giras más recordadas del Saprissa por México en 1961, donde mostró sus reflejos y agilidad, dejando una gran impresión como una promesa para el fútbol nacional. Más tarde, en su carrera, alcanzó la cúspide con el club al ganar seis títulos de Primera División en 1964, 1965, 1967, 1968, 1969 y 1972.
José Antonio Pastor, en el libro oficial del Saprissa, lo describió como un portero "ágil, espectacular y con una seguridad pasmosa".
Su talento no se limitó al ámbito local; Umaña fue convocado en 12 ocasiones a la Selección Nacional, con la que debutó en 1967. Con la Tricolor disputó 16 partidos internacionales y conquistó el IV Norceca de Naciones de la Concacaf en 1969, certamen celebrado en San José.
A pesar de su brillante trayectoria, las lesiones empezaron a afectar su desempeño. En 1971, una grave lesión en el hombro lo llevó al quirófano, marcando el principio del fin de su carrera en Saprissa. En 1972, el club decidió dejarlo libre. Sin embargo, "El Largo" no se retiró inmediatamente y volvió a defender los colores del Cartaginés hasta la temporada 1973-74, cuando decidió colgar los guantes.
Una figura inolvidable
Rodolfo Umaña falleció el 15 de septiembre de 2003, a los 62 años, dejando un legado imborrable. Su altura, mirada serena y habilidad para dominar el área lo convirtieron en un ícono. José Antonio Pastor, en el libro oficial del Saprissa, lo describió como un portero "ágil, espectacular y con una seguridad pasmosa". Su influencia trasciende generaciones, recordado junto a otros grandes como Marcos Rojas y Alejandro González.
"El Largo" Umaña vivirá eternamente en la memoria del Saprissa y del fútbol costarricense, no solo por sus logros en la cancha, sino también por ser un ejemplo de constancia y amor por el deporte.