La historia de Saprissa ha sido escrita por grandes profesionales, destacados jugadores y entrenadores, pero también por trabajadores dedicados y entregados como Mario Calderón, quien este martes cumple 30 años de laborar para la institución.
Con 31 medallas en su cuello, el famoso “Zorro” o “Marito”, como se le conoce a lo interno del camerino, hoy celebra tres décadas que lo convierten en el colaborador más longevo en el club, actualmente.
“Entré a la Primera, luego de que se terminara el proyecto de Goicoechea Saprissa. El primer título uno nunca lo va a olvidar. Fue la primera Concacaf de Saprissa, el año 1993. Al verme en el periódico por primera vez me sudaban las manos, fue una emoción muy grande. Don Carlos Watson era el técnico”, recuerda.
Durante todos estos años ha recibido a cientos de jugadores, entrenadores y personeros de diferentes áreas, pero a su llegada encontró un camerino plagado de figuras que han trascendido en la historia del fútbol nacional, como es el caso de Evaristo Coronado, Vladimir Quesada, Roy Myers, Víctor Cordero, Erick Lonis, Óscar Ramírez, Hernán Medford, Juan Cayasso, entre otros.
Además, se convirtió en testigo del nacimiento de nuevas figuras que se han convertido en baluartes de la institución.
“Yo llegué como jugador a Saprissa y los utileros eran Ulises y Marito. Fue la primera vez que lo vi, más o menos en julio de 1996, tenía cerca de tres o cuatro años de estar en la institución. Considero que una persona que se haya mantenido por tanto tiempo en un equipo demuestra que es una persona muy seria, disciplinada, respetuosa, y que ha sido eficiente en su trabajo”, relata José Francisco Porras, quien hoy funge como secretario técnico y es jefe de Calderón.
“Debemos pensar en que es un baluarte dentro de la institución", José Francisco Porras
Tras estos 30 años en el club, el experimentado utilero morado no solo celebró títulos y grandes alegrías. Una lesión en su espalda lo separó del camerino durante un largo periodo en el cual la institución brindó todas las facilidades para su recuperación y logró reintegrarse a sus funciones.
“Tengo tres hernias y estuve de cinco a seis meses incapacitado. Fue una etapa bastante difícil, sin poder hacer nada, me dolía caminar. No podía hacer nada. El doctor Adrián Gutiérrez (Q.d.D.g), él me infiltraba la espalda”.
Porras, comenta que ahora “sus funciones cambiaron un poco, siempre en la utilería, pero evitamos todos los que conocemos su problema, alce cosas pesas, jalar maletas y que trabaje con lo más liviano”.
“Zorro” ya no viaja con el equipo debido a esta situación, debido a la alta exigencia física del trabajo de los utileros en estas giras nacionales e internacionales, por lo cual se encarga de la lavandería, de los uniformes y de la utilería menuda de cancha.
El Mundial y el olvido de Keylor
Cuerpo técnico: Hernán Medford (director técnico), Óscar “Macho” Ramírez (asistente técnico), Marcelo Tulbovitz (preparador físico), Róger Mora (entrenador de porteros), Willy Gálvez (médico), Juan Rodríguez (masajista) y Mario Calderón (utilero).
Mario fue el encargado de la indumentaria y toda la utilería del histórico Saprissa que logró el tercer lugar en el Mundial de Clubes el año 2005, donde recuerda una de sus anécdotas más destacadas con el portero Keylor Navas. “Keylor era el tercer portero. Después del primer partido teníamos que recoger las camisetas y él no la entregó. Los tres porteros tenían que vestirse igual. Tenía la ropa de Porras y Fausto (González), pero la de Keylor no. La buscaba por todos lados y no la encontraba. Fue que se la dejó. Tuve que ir a hablar, a ver si me iba al hotel a buscarla y don Jorge Alarcón me dio permiso. Él entendió que no podía hacer eso”, relata entre risas.
Cuando se le consulta sobre las personas que recuerda con más cariño, Calderón sentencia: “Sería menospreciar a alguien si digo nombres, porque todos se han portado muy bien, han sido grandes personas conmigo. Cuando me incapacitaron recolectaron el año 2017, el equipo recolectó fondos y siempre me ayudaron mucho”.
“Saprissa es lo más grande y lo mejor que me ha pasado”.
A sus 55 años, hoy traslada el ADN Morado a sus tres hijos (dos hombres y una mujer), porque para él “Saprissa es lo más grande y lo mejor que me ha pasado”, y cuando piensa en el futuro sabe que seguirá representando a la institución más ganadora de Centroamérica “hasta que Dios me lo permita”.
El Deportivo Saprissa felicita y hace un reconocimiento especial a Mario Calderón por sus 30 años dedicados a la institución.
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